Cuando ella por fin llegó a su casa, se sentó sobre su cama e inhaló la mayor cantidad de aire posible y soltó el suspiro más largo y concentrado de sentimiento que jamás haya pensado alguna vez, poder dar.
Por su mente pasaban tantas cosas, que no sabía distinguir si por ellas debía estar feliz y aliviada, triste por semejante vacío o simplemente ellas significaban la continuidad de su agonía.
Por no encontrar solución a su pesar, decide suspirar y recostarce hacia atrás, y ahora preguntarse si ese suspiro fue por felicidad, tristeza o resignación. Entre el cansancio y la preocupación por encontrar respuesta a ese suspiro, se queda dormida; y durante su sueño, un estruendoso ruido le despierta.
Entre el susto al despertar de golpe, no logra distinguir de donde viene. Entonces decide calmarse y escuchar. A lo que persive que dicho ruido proviene de la ventana de su habitación, y con miedo pero curiosidad decide abrirla y observar.
Nueve estratos más arriba, una luz completamente llena y hermosa enfocaba radicalmente nueve pisos más abajo, e instantaneamente logra distinguirlo. Su corazón se acelera al máximo, creyó recordar que no quería verle, pero esa creencia no impedía que estuviera ahí... desidió prestar atención a que era lo que sucedía.
Al darse cuenta del hecho, podía distinguir a que sabía su corazón, el agua que derramaban sus manos no se secaba al agitarlas, las lágrimas que de sus ojos brotaban corrían el poco maquillaje que quedaba en sus mejillas y sus labios así como su corazón, saboreaban lo amargo del momento.
Escuchaba algo que el entre gritos pronunciaba, pero quería estar segura, así que asomó más aún su rostro. Sus ojos se ensancharon y las lágrimas cesaron, pero el corazón se aceleraba más y más. Pues si, lo que escuchaba era un "TE AMO"... y no era solo uno, eran muchos...
En ese momento, entró en caos. Se empezaba a notar su nerviosismo. ¿Eso está bien? se preguntaba, y el dulce sabor que tenía en su boca, la incitaba a responder un "Yo también", pero sus manos solas se movieron y taparon sus labios, su rostro prefirió ver el suelo por unos instantes y su espalda hacer frente... Sus pies andaron solos y su cabeza reposó... Sus deseos y anhelos empezaron a volar nuevamente, tratando ahora de entender a que se debió aquel suspiro y ahora este "te amo" a la ventana...
Por su mente pasaban tantas cosas, que no sabía distinguir si por ellas debía estar feliz y aliviada, triste por semejante vacío o simplemente ellas significaban la continuidad de su agonía.
Por no encontrar solución a su pesar, decide suspirar y recostarce hacia atrás, y ahora preguntarse si ese suspiro fue por felicidad, tristeza o resignación. Entre el cansancio y la preocupación por encontrar respuesta a ese suspiro, se queda dormida; y durante su sueño, un estruendoso ruido le despierta.
Entre el susto al despertar de golpe, no logra distinguir de donde viene. Entonces decide calmarse y escuchar. A lo que persive que dicho ruido proviene de la ventana de su habitación, y con miedo pero curiosidad decide abrirla y observar.
Nueve estratos más arriba, una luz completamente llena y hermosa enfocaba radicalmente nueve pisos más abajo, e instantaneamente logra distinguirlo. Su corazón se acelera al máximo, creyó recordar que no quería verle, pero esa creencia no impedía que estuviera ahí... desidió prestar atención a que era lo que sucedía.
Al darse cuenta del hecho, podía distinguir a que sabía su corazón, el agua que derramaban sus manos no se secaba al agitarlas, las lágrimas que de sus ojos brotaban corrían el poco maquillaje que quedaba en sus mejillas y sus labios así como su corazón, saboreaban lo amargo del momento.
Escuchaba algo que el entre gritos pronunciaba, pero quería estar segura, así que asomó más aún su rostro. Sus ojos se ensancharon y las lágrimas cesaron, pero el corazón se aceleraba más y más. Pues si, lo que escuchaba era un "TE AMO"... y no era solo uno, eran muchos...
En ese momento, entró en caos. Se empezaba a notar su nerviosismo. ¿Eso está bien? se preguntaba, y el dulce sabor que tenía en su boca, la incitaba a responder un "Yo también", pero sus manos solas se movieron y taparon sus labios, su rostro prefirió ver el suelo por unos instantes y su espalda hacer frente... Sus pies andaron solos y su cabeza reposó... Sus deseos y anhelos empezaron a volar nuevamente, tratando ahora de entender a que se debió aquel suspiro y ahora este "te amo" a la ventana...
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