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martes, 2 de febrero de 2010

Vainilla Dulce...


Abrí los ojos y voltie rápidamente, mientras mi cabello ondulado tapaba mis ojos y me dificultaba verte, el tiempo estaba detenido y sentía que todo iba cada vez mas lento, mi pecho latía fuertemente y mis manos iban una delante de la otra, mis piernas se esforzaban en continuar corriendo pero sentía que era inútil.

Cerré los ojos por un instante y el tiempo se paralizo por completo, y pude verte. Estabas ahí, frente a mi pero yo estaba atada, estaba inmovilizada.

Gritaba pero mi voz no salia, parecías confundido; sabias que era yo, pero esquivabas la mirada. ¿Por que?. Espera soy yo... Volví a abrir los ojos y me encontraba en medio del ruido, de la gente, del movimiento, ya nada estaba paralizado; mas bien parecía estar corriendo mas rápido de lo normal, se me dificultaba ver nuevamente a causa de mi cabello, pero las luces de los carros eran dificiles de reconocer. ¿Ya era de noche?, En que momento paso el tiempo...

No sabia que hacer, estaba aun mas confundida que tu. Pero continué caminando, y un suave olor a vainilla dulce me hizo girar la cabeza y notar una pequeña florecita que estaba naciendo sobre el cemento de la acera, era hermosa, blanca y diminuta. Pareciera que alguien la hubiera puesto ahí a propósito para que yo la viera.

Automaticamente me sentí identificada con ella, estaba nerviosa, llena de caos, en medio de todos... En un rincón soñaba con ser libre, con que alguien viniera a su rescate y la llevara consigo, con que alguien apreciara realmente quien es, que siente, que piensa, como se ve, como huele... Y que aun sabiendo todo eso, la valorara al máximo y la sembrara donde seguramente se diera vistosamente y regalara toda su belleza y su mas puro olor. Y para eso estaba yo! para descubrirla y para llevarla conmigo.

Así somos cada uno de nosotros, vamos corriendo de manos atadas y de ojos cerrados, oyendo todo a nuestro alrededor, sin realmente oír a nuestro corazón, detrás de un presente que creemos eterno, sin fijarnos que nosotros mismos somos nuestro futuro y que nadie mas que uno mismo tiene el poder de descubrirse y plantarse las metas como es debido para poder florecer el éxito de la mejor manera.